Desde el mismo momento en que Ingrid Aguirre Juvinao, fue separada
del cargo de gerente de la Essmar,
casualmente desmejoró la prestación del servicio de acueducto en los barrios de
Santa Marta, y extrañamente cesó el abastecimiento de agua potable a través de
carrotanques.
Desde esta línea editorial hemos
notado que la crisis ha aumentado por la indiferencia del alcalde encargado, Andrés Rugeles Pineda, quien sólo se preocupó
por designar al frente de la empresa de servicio público domiciliario a José
Dajud Durán. ¿Será con el fin de crear
presuntamente una mala imagen de la Essmar y de esa manera acabarla para volver
a privatizar el sistema de acueducto y alcantarillado?
En la actualidad, existe 102.000 mil usuarios que reciben el
servicio a través de las Planta de
Tratamiento de Mamatoco y El Roble, sumado a los 56 pozos que ayudan abastecer a varios sectores de la ciudad. Sin
embargo, el panorama es muy desalentador y con pocas esperanzas por parte de la
administración actual, quien no ha mostrado interés o un proyecto encaminado a
resolver en el corto plazo la sed de todos los samarios.
Muchas versiones circulan en la capital del Magdalena frente a la
proyección de Rugeles, con respecto al tema del agua, y todo indicaría que
aparentemente volverá a privatizar el servicio para favorecer a los políticos
tradicionales.
Y al parecer esta fórmula de que
un privado maneje los hilos de agua y alcantarillado en Santa Marta, no
funcionó. Recordemos que el ex alcalde
Carlos Caicedo, lideró una campaña para acabar con la empresa Metroagua que durante 17 años únicamente recaudaba y no
invertía para mejorar el servicio en la ciudad. Dicha propuesta fue bien
recibida por la ciudadanía samaria que salió apoyar a Caicedo, con el fin de
sacar a Metroagua y reemplazarla por
otra que solucionaría la crisis.
Por consiguiente, Veolia llegó con una gran expectativa,
pero tampoco pudo darle control a la situación y demostró incapacidad técnica y
financiera en poder mejorar la prestación del servicio de acueducto y
alcantarillado. La prueba fue el descontento de los samarios que en reiteradas
oportunidades anunciaban que Metroagua
fue mejor operador y en varios meses el suspendido alcalde Rafael Martínez,
salió mal librado en las encuestas de favorabilidad.
Odisea en barrios de la ciudad
Los barrios afectados con el
desabastecimiento de agua potable se encuentran ubicados en la zona nororiental
de Santa Marta, donde la gran mayoría no son usuarios y ante la necesidad se
vieron obligados a conectarse hace años para poder contar con dicho servicio. Sin
embargo, a raíz de la temporada de sequía, el panorama empeoró y muchos se han
visto obligados a realizar protesta para buscar una solución inmediata. La
misma que le ha sido difícil asumir al alcalde Rugeles.
Ahora bien, sabemos que el
alcalde (e) tiene el respaldo del Gobierno
Nacional, tanto así que el nuevo gerente de la Essmar E.S.P.-, José Rodrigo Dajud Durán, junto con el Ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio,
Jonathan Malagón, y el Viceministro de Agua y Saneamiento Básico, José Luis
Acero; formalizaron la entrada de la Essmar
al programa COMPASS del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lo cual
permitirá el fortalecimiento institucional, la planificación estratégica y el
mejoramiento de la prestación del servicio de acueducto en la ciudad.
Por lo anterior nos hacemos estas
preguntas ¿Será que esta formalización
de la entrada de la Essmar a este programa, si nos garantizará un óptimo
servicio? ¿Cuánto tiempo debemos esperar para la mínima normalización? ¿Podemos
estar tranquilos que el servicio de agua y alcantarillado no va terminar
nuevamente manejado por privados?
Estas son las preguntas que
esperamos que el alcalde encargado Andrés Rugeles, le conteste a la ciudad, a
una Santa Marta que vive día a día el acrecentamiento de la crisis de agua más
fuerte en estos últimos 7 años.