Ya son seis las viviendas demolidas en Santa Marta en lo que
va del presente año, al comprobarse que las mismas se empleaban para la venta
de estupefacientes.
Sus propietarios y
ocupantes, en primera instancia, fueron notificados del proceso encaminado a la
destrucción de las casas para luego concretar esa labor por parte de las
autoridades competentes.
Este nuevo inmueble demolido se encontraba en el sector
conocido como Bureche, en el barrio Villa Betel, en cercanías a la vía férrea
que atraviesa el sector.
Hasta ese lugar se desplazó el alcalde Rafael Martinez junto
con sus funcionarios y miembros de la Policía Metropolitana, que hicieron la
diligencia de demolición.
El mandatario local recalcó que no permitirá
"ollas" de microtráfico en la ciudad, porque el Distrito y las
autoridades perseguirán a estas personas que se encuentran delinquiendo,
"estas ollas se han dedicado a enfermar y a contaminar a nuestros jóvenes,
hemos declarado la guerra frontal al microtráfico a los delincuentes y en el
gobierno del cambio no hay espacio para este tipo de actividades", afirmó
Martinez.
Los anteriores inmuebles sometidos al mismo proceso estaban
ubicados en: Pescadito, El Pando y el Centro, en este caso las viviendas fueron
colocadas a disposición de la Sociedad de Activos Especiales - SAE-.
Por su parte, el secretario de Seguridad y Convivencia
Distrital, David Calderón, fue uno de los funcionarios que llegó hasta el lugar
de la diligencia, sobre la cual expresó lo siguiente: “a la fecha llevamos seis
intervenciones de olla de microtráfico, el plan es terminar el año 2018 con 10
intervenciones. El mensaje es que todas esas personas que estén dedicada les
vamos a seguir dando golpes contundentes para dejar claro que tenemos presencia
de la policía y estas actividades debemos erradicarla del Distrito".
La meta de la administración distrital es terminar el año
con 10 "ollas" derrumbadas. En los próximos días se procederá con dos
casas más en diferentes sectores de la capital magdalenense, con lo que se
espera disminuir el problema de drogadicción que aqueja a muchos jóvenes
samarios.
Ya son seis las viviendas demolidas en Santa Marta en lo que
va del presente año, al comprobarse que las mismas se empleaban para la venta
de estupefacientes.
Sus propietarios y
ocupantes, en primera instancia, fueron notificados del proceso encaminado a la
destrucción de las casas para luego concretar esa labor por parte de las
autoridades competentes.
Este nuevo inmueble demolido se encontraba en el sector
conocido como Bureche, en el barrio Villa Betel, en cercanías a la vía férrea
que atraviesa el sector.
Hasta ese lugar se desplazó el alcalde Rafael Martinez junto
con sus funcionarios y miembros de la Policía Metropolitana, que hicieron la
diligencia de demolición.
El mandatario local recalcó que no permitirá
"ollas" de microtráfico en la ciudad, porque el Distrito y las
autoridades perseguirán a estas personas que se encuentran delinquiendo,
"estas ollas se han dedicado a enfermar y a contaminar a nuestros jóvenes,
hemos declarado la guerra frontal al microtráfico a los delincuentes y en el
gobierno del cambio no hay espacio para este tipo de actividades", afirmó
Martinez.
Los anteriores inmuebles sometidos al mismo proceso estaban
ubicados en: Pescadito, El Pando y el Centro, en este caso las viviendas fueron
colocadas a disposición de la Sociedad de Activos Especiales - SAE-.
Por su parte, el secretario de Seguridad y Convivencia
Distrital, David Calderón, fue uno de los funcionarios que llegó hasta el lugar
de la diligencia, sobre la cual expresó lo siguiente: “a la fecha llevamos seis
intervenciones de olla de microtráfico, el plan es terminar el año 2018 con 10
intervenciones. El mensaje es que todas esas personas que estén dedicada les
vamos a seguir dando golpes contundentes para dejar claro que tenemos presencia
de la policía y estas actividades debemos erradicarla del Distrito".
La meta de la administración distrital es terminar el año
con 10 "ollas" derrumbadas. En los próximos días se procederá con dos
casas más en diferentes sectores de la capital magdalenense, con lo que se
espera disminuir el problema de drogadicción que aqueja a muchos jóvenes
samarios.