Los niños y jóvenes de ‘Mambrú’ debutaron con su show
cultural.
Los colores del arco iris representados en una flor de la
paz, que habita en un mundo en el que los pequeños no son víctimas de un
conflicto armado del que no conocen sus raíces, fue el tema central del show de
música, teatro y danza preparado por los niños y jóvenes que hacen parte de
‘Mambrú no va a la guerra. Este es otro cuento’. Una estrategia de promoción de
valores, liderada por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización
(ARN), que en la ciudad de Santa Marta se realiza en alianza con la Fundación
Cantores de la Memoria.
A través de la escuela de talentos de ésta fundación
–conformada por reintegrados y víctimas– 40 niños y jóvenes entre los 8 y 16
años del barrio 11 de Noviembre, de Santa Marta, han aprendido sobre valores,
derechos humanos y han desarrollado sus capacidades artísticas. El objetivo es
que aprovechen su tiempo libre en actividades culturales, que les permitan
reconocerse, compartir con otros de su edad y así alejarse de la violencia.
"El show artístico ´La flor de la paz´ es el resultado
de lo alcanzado con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que participan de
‘Mambrú’. En este ensamble que combina la música, el teatro y la danza, los más
chicos manifiestan su posición frente a fenómenos sociales como la violencia,
el conflicto armado y el reclutamiento de menores ", dijo Jose Nicolás
Wild, coordinador de la ARN Magdalena- Guajira.
El cuento de ‘Mambrú’ en Santa Marta
Para los niños y jóvenes del barrio 11 de Noviembre en la
ciudad de Santa Marta, ‘Mambrú no va a la guerra. Este es otro cuento’ es la
oportunidad de olvidarse de sus preocupaciones, de las situaciones que deben
enfrentar diariamente en un mundo que no siempre les es amable, de los
problemas de los adultos que muchas veces han terminado cargando; y de
dedicarse simplemente a ser niños.
La diversión, la imaginación, los universos asombrosos donde
los buenos les ganan a los malos, y el conflicto que acaba con la magia de una
flor de todos los colores, son algunos de los escenarios posibles gracias a
‘Mambrú’, en Santa Marta.
“Cuando venimos aquí nosotros nos divertimos, jugamos,
hacemos muchas cosas que nos entretienen, pero también sacamos una reflexión de
lo que hacemos, para contribuir con toda la paz de Colombia”, narra Xiomara
Restrepo de 12 años.